La sabiduría popular siempre ha sostenido que el perro es el "mejor amigo del hombre", una afirmación que la ciencia moderna ahora respalda con evidencia convincente.
En un descubrimiento fascinante que profundiza nuestra comprensión de la conexión humana-canina, una reciente investigación neurológica revela que interactuar con perros, particularmente acariciarlos, activa la corteza prefrontal del cerebro con una intensidad comparable a la de las interacciones sociales humanas.
La corteza prefrontal, situada en la parte frontal del cerebro, es crucial para el pensamiento complejo, la toma de decisiones y la regulación de emociones.
Activar la hormona del amor con tu mascota
Un estudio publicado en la revista "Science" encontró que la interacción con perros puede aumentar los niveles de oxitocina en humanos, una hormona asociada con el vínculo emocional y el bienestar (Kerstin Uvnäs-Moberg, 2017). La oxitocina, a menudo referida como la "hormona del amor", juega un papel crucial en fomentar sentimientos de confianza y relajación.
Un anti-depresivo con costo $0
Otra investigación, presentada en "Journal of Psychiatric Research", señala que los dueños de perros tienen una probabilidad menor de sufrir depresión, atribuyendo este efecto al apoyo emocional y la compañía constante que ofrecen estos animales (Hawkins et al., 2019)
El simple acto de acariciar un perro.
Publicado por el Instituto para el Aprendizaje y las Ciencias del Cerebro (IFL), el estudio encontró que tanto ver como tocar perros no solo activa la corteza prefrontal, sino que también mantiene esta activación incluso después de que el animal se ha retirado.
Los resultados mostraron un aumento significativo en la actividad cerebral prefrontal de los participantes, evidenciando que pasar tiempo con perros mejora el funcionamiento de esta región cerebral esencial.
Los investigadores concluyeron que la interacción cercana con un perro, en comparación con un objeto inanimado como un animal de peluche, produce una activación cerebral notablemente más fuerte.
Esta activación indica que las interacciones con perros pueden intensificar los procesos de atención y generar una mayor excitación emocional.
¿Cómo nos beneficiamos de este Estudio?
Este estudio no solo valida la importancia emocional de nuestras mascotas caninas, sino que también subraya el potencial terapéutico de la interacción con perros.
Para aquellos que buscan formas efectivas de mejorar su bienestar mental, incorporar tiempo de calidad con un perro en la rutina diaria podría ser tan beneficioso como participar en interacciones sociales humanas.
Esto es particularmente relevante en contextos donde los perros terapéuticos ya se utilizan para apoyar a personas con diversas condiciones físicas y psicológicas.
Además, comprender el impacto neurológico de nuestras interacciones con los perros puede motivarnos a fomentar relaciones más significativas y conscientes con nuestras mascotas, reconociendo no solo el amor y la lealtad que nos ofrecen, sino también los beneficios tangibles para nuestra salud mental.
Fuentes:
Rahel Marti y equipo, Universidad de Basilea, Suiza.
Instituto para el Aprendizaje y las Ciencias del Cerebro (IFL).
Al reconocer el valor científico de la amistad con nuestros perros, este estudio nos anima a apreciar aún más a nuestros compañeros caninos, no solo como fuente de alegría y compañía, sino también como colaboradores significativos en nuestra búsqueda de bienestar emocional y mental.